El uso obligado de cubrebocas se mantiene como un punto de tensión entre marcas y consumidores y los empleados parecen ser los más afectados. El ejemplo más reciente se dio en medio de un vuelo de Delta.
Como se sabe, de manera generalizada, las aerolíneas alrededor del mundo han implementado el uso mascarilla obligatorio para evitar contagios. No obstante los usuarios parecen no entender la norma ni la necesidad por acatarla.
En días recientes, una pasajera que abordó un vuelo de Delta Airlines en Miami con destino a Atlanta fue grabada mientras golpeaba a una azafata de la aerolínea, luego de que la empleada de la aerolínea le exigiera el uso de tapabocas mientras su estancia en el avión.
En el video que circula en redes sociales se observa una tensa situación entre la asistente de vuelo y la pasajera, así como el momento en el que esta última pierde la paciencia y golpea a la empleada de la aerolínea generando malestar y miedo entre el resto de los pasajeros que esperaban el despegue del avión.
Más tarde se dio a conocer que la agresora fue escoltada fiera del avión por agentes de policía para después continuar con el vuelo programado que por el incidente registró un retraso.
Here’s what happened on our @delta flight from #Miami to #Atlanta tonight after a passenger refused to wear a mask as per policy and then gets into altercation with flight attendant. Video via @kingcoreythefirst on IG pic.twitter.com/TBBYq1VCBb
— Suzanne Kianpour (@KianpourWorld) October 20, 2020
Este acontecimiento en Delta se suma a una larga lista de hechos similares, en donde clientes de marcas de toda las categorías han reaccionado de manera violenta ante la solicitud de los empleados de las mismas para seguir los protocolos y medidas sanitarias que se derivaron de la pandemia.
En semanas pasadas, circuló un video en el que se observa a una mujer visiblemente alterada que arremete contra los empleados de KFC, que se negaron a atenderla debido a que la mujer no utilizaba mascarilla.
Luego de la negativa de los trabajadores de la marca de comida rápida, la mujer decidió subirse al mostrador para gritar insultos y protagonizar un berrinche.
Ante estos, los colaboradores de KFC decidieron alejarse del sitio indicando a la mujer que no podían entregarle los alimentos que solicitaba ya que de cumplir su orden podían ser despedidos al no seguir los lineamientos de seguridad.
De igual manera, en meses recientes, por ejemplo, American Airlines tuvo que ‘cancelar’ a un pasajero por no querer usar cubrebocas; un cliente que se trataba de un activista conservador pro Donald Trump, que cuenta con alrededor de 400 mil seguidores en Twitter.
En México este problema también es evidente. A principios de junio pasado, el término #LadyPizza se convirtió en tendencia dentro de redes sociales, luego de que se hiciera viral el video de una mujer que agrede a personal de Little Caesars luego de que presuntamente, los encargados del local no quisieran vender una pizza a la protagonista del video debido a que la mujer se negaba a utilizar el cubrebocas.
Con ese tipo de acontecimientos, es evidente la incongruencia que ahora mismo caracteriza al consumidor, mismo que aunque se dice cada vez más preocupado por temas relacionados con su salud y la enfermedad que ha puesto en jaque a la mayoría del mercado, no sigue las medidas sanitarias al pie de la letra.
Las conclusiones de un estudio reciente firmado por Psyma dejan en claro este fenómeno. Y es que aunque el 41 por ciento de los consumidores cree que el sistema de salud colapsará, el 30 por ciento aún no adopta las medidas recomendadas.
Adicional aunque 3 de cada 4 consumidores dice que el paso del COVID-19 le dejará algún cambio permanente dentro de su vida, el 36 por ciento argumenta que comprará de manera normal al pasar la contingencia.
PAra las marcas de todos los sectores esto representa un reto nunca antes visto, en donde la comunicación y los esfuerzos de evangelización serán especialmente importantes.