Han pasado cerca de 15 días desde que entraron en vigor las modificaciones que tuvo la Norma Oficial Mexicana NOM-051, donde uno de los temas más sonados ha sido el del nuevo etiquetado frontal de productos; y los problemas serios ya han empezado a proliferar para algunas marcas. Como sabrás, el “escándalo” más reciente ocurrió en días recientes cuando la Secretaría de Economía, con ayuda de la Procuraduría Federal del Consumidor, prohibió la venta de diversos quesos y yogures de marcas como Philadelphia, Lala, Fud, Danone y Zwan, esto con motivo de que no cumplían con lo establecido en las Normas Oficiales Mexicanas debido a diversas inconsistencias identificadas para los dos tipos de productos, las cuales pueden inducir al engaño de los consumidores.
#Comunicado | La @SE_mx ordena la suspensión inmediata de la comercialización de diversos productos denominados como “queso” y “yogurt natural” que no cumplen con NOMs. pic.twitter.com/y1qMv0QEng
— Economía México (@SE_mx) October 14, 2020
Si bien no se trató de un elemento precisamente ligado con el tema de los sellos que tanto a sonado, si se trata de infracciones que las marcas deben comenzar a tomar con mayor seriedad pues forman parte de los múltiples aspectos que deben contemplar a fin de ser más justos y procurarlos derechos del consumidor, cosa que si tiene que ver con las modificaciones a la NOM-051 y el nuevo etiquetado, pues tal como lo detalló Profeco en su momento, el nuevo etiquetado busca ayudar a prevenir el consumo de productos que podrían dañar la salud, además de que se quiere que sea entendible por todos la información que contienen los empaques.
Así pues, una problemática de esta índole como el colocar leyendas falsas, información incompleta o mentir sobre las porciones e ingredientes, puede llevar a consecuencias como las que ahora enfrentan las marcas previamente mencionadas y a multas como las que ya se tienen establecidas para quienes no cumplan con el nuevo etiquetado, mismas que pueden llegar hasta más de 700 mil pesos, esto en la primera fase (que tiene una duración de 3 años) de la implementación de los cambios a la NOM-051. Posteriormente las cosas serán más estrictas para marcas y empresas por lo que es más importante que nunca trazar la estrategia más adecuada para ahorrarse todos los problemas.
¿Existe un camino ideal a seguir?
Hablando de estrategias a fin de evitar multas y prohibiciones por romper alguno de los lineamientos de las Normas Oficiales Mexicanas, como la del nuevo etiquetado, uno de los mejores caminos que pueden seguir las marcas es el comprender realmente lo que se busca con todos los cambios que han llegado puesto que no se trata de un ataque frontal a las compañías, como mencionamos previamente en otra entrada, resulta crucial entender que la política busca incentivar el cambio tanto en consumidores como en las empresas, por una parte se quiere a consumidores más conscientes y responsables y por otro lado se busca las compañías reduzcan los contenidos no deseados de nutrientes como lo es el azúcar, el sodio o las grasas, con el fin de producir y que se consuman propuestas más sanas. No se trata simplemente de colocar sellos o la información verdadera, sino de que haya un cambio.
En ese sentido, uno de los temas o propósitos clave que se tienen con todo esto es la reformulación de productos. Dicho concepto, según lo detalla ScienceDirect, se entiende de forma breve como el proceso de alterar la receta o composición de un producto alimenticio o bebida para mejorar el perfil de salud de dicho elemento. Si bien la reformulación se basó inicialmente en la selección de ingredientes específicos, que se consideran nocivos para la salud humana, como el azúcar, sal y grasas saturadas, en los últimos años, el concepto de reformular los productos ha evolucionado, ya que se reconoce que el proceso de rediseño también puede tener beneficios adicionales para la salud. ¿Es entonces este el camino que deben seguir las marcas?
Desde una perspectiva de negocio, se trata de un concepto que puede tener implicaciones en los números, sin embargo, desde una perspectiva de apego a la ley, parece que es el único camino a seguir.
En el caso del negocio, a decir de firmas como Marketing4Food, sobresale que el cambio en la receta de un producto, especialmente si es una modificación considerable, puede repercutir en un descenso o aumento de la participación de mercado del mismo, es decir, con la reformulación las marcas se arriesgan a perder su posición si la nueva versión no es del agrado de los consumidores, aunque también pueden ganar si todo resulta positivo. ¿Cuántas firmas estarán dispuestas a modificar sus productos antes que seguir igual pero con múltiples sellos que tendrán un impacto las decisiones de compra de los consumidores? ¿Una marca como Coca-Cola aceptaría cambiar de fórmula en su producto insignia?
Por otro lado, también están los costos que implica la reformulación pues un proceso así implica investigación, cambio en líneas de producción e incluso la compra de nuevos ingredientes.
En el caso del apego a la ley o a los cambios en la NOM-051, se puede entender que la reformulación deberá llegar tarde o temprano. Y es que como lo explica la organización civil llamada El Poder del Consumidor, en la segunda fase del llamado nuevo etiquetado frontal, la cual llegará a partir del primero de octubre de 2023 y durará hasta el 30 de septiembre de 2025, se modificarán los límites de los criterios nutrimentales que determinan cuándo un producto lleva sellos; límites como los de azucares, grasas saturadas y sodio serán más estrictos por lo que puede que productos que no se modifiquen ahora y no tengan sellos aún, lleguen a presentarlos en unos años cuando cambien los criterios. No hay que perder de vista que el nuevo etiquetado busca incentivar a que los productos tengan menos cantidad de elementos que ponen en riesgo la salud.
Con lo anterior en mente se puede entender que el cambio en las fórmulas de los productos será necesario si se quieren evitar los sellos y se quiere procurar la salud de los consumidores, un elemento en el que estos también prestan cada vez más atención. Así pues, este propósito de los cambios a la Norma Oficial Mexicana es uno que no debe perderse de vista.