La tasa Google es una de esas ideas que se llevan barajando con respecto a la industria tecnológica desde hace mucho tiempo. De propuesta ha pasado a convertirse en normativa en Europa: en el marco de la Unión Europea, se aprobó un cambio legislativo con la idea de hacer que los gigantes tributasen allí donde estaban operando.

La llamada tasa Google cubría a aquellos gigantes que tributan en otro país, haciendo que pagasen un porcentaje de sus ingresos en el país en el que estaban operando. Algunos cálculos apuntaban, cuando la normativa entró en vigor, que solo en España supondría unos ingresos para las arcas del estado de 800 millones de euros.

Pero aunque la norma partía de una queja que se lleva años realizando e intentaba corregir un desequilibrio en el mercado, desde un primer momento hubo voces que señalaron que posiblemente los gigantes de la red acabarían repercutiendo la medida directamente en sus consumidores y clientes.

En definitiva, se temía que no afectase a sus cuentas e ingresos reales y que ellos descargasen esa nueva obligación en quienes usaban sus servicios. Los movimientos que están realizando estos gigantes ya apuntan en esa dirección.

Es lo que se puede desprender del último movimiento de Google. La compañía acaba de anunciar a sus clientes publicitarios que, a partir del 1 de mayo, tendrán que abonar un recargo del 2% cuando contraten publicidad en AdSense. Directamente, es un añadido a lo que ya cargan sobre sus anunciantes para cubrir el nuevo impuesto.

Desde la propia Google confirman ese punto a Xataka: según fuentes de la compañía con las que habló el medio online, la subida busca “cubrir parte de los costes asociados al cumplimiento de los Impuestos sobre Servicios Digitales en vigor en España”.

La decisión afectará a todas aquellas empresas que compren anuncios que se vayan a mostrar en España, sin que importe el lugar de origen en el que estén (la tasa, no olvidemos, cubre los ingresos que estos gigantes tienen en cada uno de los países europeos).

España no será el único país en el que Google pondrá en marcha este tipo de medidas. También entrará en vigor en Francia y ya opera en Reino Unido, Turquía y Austria (los dos primeros países, sin embargo, no son parte de la UE).

Amazon lo anunció en enero

Antes que Google, Amazon ya tomó en España una decisión similar. La compañía remitía ya en enero a las empresas que usan su plataforma para vender productos un mail en el que les avisaba de una subida con un cargo del 3% a partir del 1 de abril.

Amazon explicaba en las comunicaciones a esos vendedores que había entrado en vigor en España el Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales (IDSD) (la trasposición de la norma comunitaria) y que suponía un porcentaje del 3%. Entre enero y abril, como recogía entonces El Economista, Amazon absorbía ese coste, pero a partir de abril serán sus vendedores quienes lo hagan.

De este modo, vendedores terceros y anunciantes son, ahora mismo, quienes se han convertido en los daños colaterales de la nueva normativa.

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