Aunque parecía que las cosas estaban ya dentro de la llamada nueva normalidad en relación con la pandemia de COVID-19, mientras se esperaba por la vacuna, el surgimiento de nuevos brotes de esta enfermedad en regiones que ya habían controlado, relativamente, las cosas nuevamente supone un problema. Si has seguido las noticias últimamente sabrás que a nivel internacional países como Francia han vuelto nuevamente al confinamiento a fin de frenar los contagios, mientras que en España se ha vivido recientemente el peor día de la pandemia en cuanto al apartado de los contagios, según lo destaca el diario AS.

El problema que supone no solo es para las personas y los sistemas de salud en el mundo, sino también para la economía y los negocios que a lo largo de estos meses del 2020 se han visto afectados por las diversas medidas que se han tenido que establecer. Incluso en regiones como México ya es posible notar nuevamente como algunos negocios han tenido que volver a ceder terreno ante la pandemia por el repunte de los casos al tiempo que se habla del regreso del semáforo epidemiológico en color rojo. Tal como reportamos hace poco, entre los primeros negocios en tener que volver a ajustarse se encuentran Suburbia y Liverpool, los cuales han tenido que dejar de vender ropa, calzado y perfumería, por ser espacios donde principalmente se generan aglomeraciones en este tipo de tiendas.

Enfocándonos particularmente en el caso de los negocios, sin duda puede resultar preocupante la llegada de una nueva ola de COVID-19 si se toma como referencia todo lo que ocurrió con la llegada de la primera, no es por nada que los principales mercados accionarios a nivel global empiecen a caer ante la preocupación que genera este problema que, entre otras cosas, volvería a frenar la actividad económica conforme se impongan restricciones, especialmente en el caso de los negocios que no resultan esenciales en momentos como estos.

De acuerdo con diversos expertos, existen algunos retos o implicaciones en particular para los negocios que llegarían con una potencial segunda ola COVID-19, estas serían:

  • Que los efectos de la primera ola aún no se han superado.
  • Relaciones inversas entre miedo y el flujo de caja.
  • Actividad, pero sin movimiento hacia adelante.

En relación al primer reto es notorio que muchos negocios aún se encuentran con múltiples dificultades que causó la primera oleada, ya sea cuentas por cobrar, liquidez, recursos, son diversos los aspectos que aún están resolviendo, eso sin sumar los gastos que ya les ha implicado sumarse a la llamada nueva normalidad.

Con respecto al segundo reto, la firma Kaizen Consulting Group refiere que cuando los niveles de miedo aumentan, tiende a haber una relación inversa con el flujo de caja. La única certeza que se tiene es cuánto efectivo tienen las empresas en el banco y cuánto tiempo pueden “estirarlo”, y no están interesadas en cambiar ese efectivo por oportunidades comerciales inciertas. Como resultado, las empresas mantendrán el efectivo bajo llave el mayor tiempo posible, y ese es el problema.

Por último, con respecto al tercer reto, el nivel de actividad de las empresas y negocios ha incrementado y eso puede entenderse como algo bueno, sin embargo, el reto está en que existe una falta de conversiones para esas actividades de las empresas. Muchas han tenido más reuniones que nunca, pero no hay nuevos clientes, no se firman contratos ni se inician trabajos. La incertidumbre que este escenario genera es una que se puede traducir en mantener al equipo, alcancen e inventario, los cuales implican costos que van drenando a las compañías.

Sin embargo, a pesar de tener retos, los negocios también ya tienen aprendizajes que pueden aprovechar para hacer frente a la llegada de una segunda ola de contagios y cuarentenas. Existen particularmente 5 acciones que sobresalen y que se verán entre distintas organizaciones que ya se consideran mejor preparadas:

Implementar un plan seguro contra COVID-19

Referente a esta recomendación, las empresas saben que mantener fuera al virus causante de la enfermedad es la cosa más importante que pueden hacer para prevenir una segunda ola o frenar su impacto. Un plan de este tipo, como los lineamientos compartidos por el gobierno para abordar la nueva normalidad en el área de trabajo, debe contemplar la evaluación de los riesgos de seguridad y salud que la pandemia representa y en función de ello considerar medidas como el distanciamiento social, limpieza y medidas de higiene para los colaboradores.

Rastrear la situación en desarrollo

De acuerdo con WestPac, a medida que incrementa el número de infectados y vuelven a entrar en juego las restricciones más estrictas, es más probable que los negocios que puedan mantenerse ágiles y flexibles gestionen una segunda ola ese forma más eficaz. Esto implica realizar un seguimiento diario de la tasa de contagios en desarrollo en la localidad y actualizar a los empleados y clientes sobre cualquier cambio en el estado operativo.

Este también podría ser un buen momento para identificar áreas del negocio que podrían permitir un giro, para que se pueda mantener el negocio en marcha incluso si la región donde se encuentran es cerrada o bloqueada como medida preventiva.

Mantener las practicas de trabajo remoto en su lugar

Aquella firmas que ya han recurrido al home office, deberán considerar mantener esta modalidad o volver a implementarla en su totalidad ante el futuro previsible. El traer de regreso a los trabajadores remotos solo para volver a enviarlos de regreso a casa si llega una segunda ola puede crear  cuellos de botella operativos y de productividad. Además de afectar la moral de los empleados.

El adquirir el compromiso de maximizar las prácticas y sistemas para el trabajo desde casa puede ayudar a respaldar la continuidad de los negocios frente a una ola que se considera que será más grave.

Revistar la cadena de suministro

Los cierres de negocios y restricciones en espacios como fronteras, asociados a las restricciones contra la pandemia, pueden escalar y eso puede afectar a los negocios que dependen de proveedores en otras regiones.

Con lo anterior en mente, es importante que los negocios revisen sus cadenas de suministro desde ahora y traten de identificar a cualquier proveedor que se podría ver afectado. Cuando se identifiquen será necesario contactarlos para consultar sus planes de contingencia. Aquellos que no tengan o que presenten algunos deficientes deberían ser remplazados por alternativas que permitan la continuidad de la operación.

Buscar soporte financiero relevante

Finalmente, y de forma breve, para los negocios queda la opción de acercarse a los programas de soporte financiero que estén disponibles en su región para poder reducir el impacto que generaría una segunda ola.

Ver publicación original www.merca20.com

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