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Según el IMSS, el empleo más perjudicado en México es el del sector servicios personales y a empresas.
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El 70% de los líderes priorizará el perfeccionamiento de los soft skills sobre las habilidades duras.
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El constante aprendizaje y las habilidades sociales debería considerarse como fundamentales en medio de la contingencia.
El desempleo en México muestra cifras impresionantes de una caída relacionada con la contingencia. No solo eso, también hay una mayor precarización de las condiciones laborales, ante una mayor informalidad y erosión de las remuneraciones en el empleo.
Entre marzo y julio pasado se registraron en el país 1 millón 117 mil 584 despidos, de los cuales 873,941 (el 78.2 por ciento) correspondió a empleos remunerados con no más de dos salarios mínimos, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, nueva edición (ENOEN), la población ocupada registró un incremento de 5.9 millones en el tercer trimestre, respecto al trimestre previo, para ubicarse en 51 millones, pero aún así es un número muy bajo y poco alentador.
De hecho, está por debajo de lo registrado en el segundo trimestre en 4.3 millones, antes del choque por la pandemia. En dicha fecha la pérdida de empleos fue de 10.3 millones, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El mercado laboral en México perdió 3.6 millones de personas de la población económicamente activa (PEA) durante el tercer trimestre del año. La PEA pasó de 57.3 millones a 53.8 millones de julio a septiembre. En tanto, la tasa de desocupación aumentó 1.4 puntos porcentuales, al pasar de 3.7 por ciento a 5.1 por ciento.
Según el IMSS, el empleo más perjudicado es el del sector servicios personales y a empresas (en donde se incluyen los empleos del sector turismo), pues su nómina arrastra una caída de 8.7% al cierre de octubre con relación al nivel de febrero, superando el descenso de 8.6 por ciento de la nómina del sector agropecuario.
Este panorama es desalentador, pero las empresas guardan la esperanza de que el futuro pinte distinto, además de que haya una evolución marcada sobre las características necesarias y funciones que se deban aplicar.
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Moís Cherem, CEO de BEDU e integrante del World Economic Forum, compartió con Forbes que el 44 por ciento de la fuerza laboral pudo seguir con el trabajo remoto, demostrando que lo híbrido es posible y que a corto plazo, las habilidades y destrezas más buscadas por los empleadores serán resolución de problemas complejos, saber aprender, pensamiento analítico e innovación, pensamiento crítico y diseño de tecnología y programación.
En tanto, desde LinkedIn Learning indican que las habilidades que los profesionales necesitan en este momento están centradas en el constante aprendizaje. De acuerdo con las cifras de la plataforma, desde el inicio de la crisis sanitaria ha habido un crecimiento del 1.100 por ciento en las personas que se unen en grupos de aprendizaje de nuevas habilidades. Esto es especialmente notorio entre la Generación Z, cuyo porcentaje de crecimiento se eleva al 1,378 por ciento.
Aunado a esto, señala la inteligencia emocional como fundamental, ya que considera que un líder debe conciencia de que en medio de esta nueva normalidad la distancia es el factor constante, por lo que 31 por ciento de los profesionales ha sentido menos conexión con las empresas y se necesita un profesional con habilidades para conectar equipos.
Según Adecco Group, los profesionales deben dar prioridad de lo social como el soft kill a tener en mente desde ahora y perfeccionarlo.