Para nadie es un secreto que el streaming es un negocio particularmente lucrativo en estos momentos.

Basta con considerar algunas cifras en mercados de gran potencial como México para entender lo mucho que este tipo de servicios pueden ganar.

Cuando menos así lee en un reciente estudio firmado por la consultora Dtaxis, mismo que indica que en México, las plataformas de streaming online bajo demanda registraron un crecimiento de 66 por ciento en su base de suscriptores entre 2019 y 2020 al pasar de 9 a 15 millones de usuarios en dicho periodo.

Ante un evidente incremento en la oferta de estos servicios, los suscriptores OTT duplicaron el total de acceso en comparación con los abonados al servicio de TV de paga por cable, mismos que de acuerdo con cifras entregadas por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) durante el 2019 fueron de alrededor de 7 mil 500, y superaron los 11 mil 600 accesos de TV satelital restringida.

El crecimiento cobra relevancia si consideramos el tiempo que las audiencias mexicanas destinan a estos canales de entretenimiento encabezados por Netflix.

Estimaciones firmadas por la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales (ENCCA) 2019, elaborada por el IFT, dio a conocer que, en promedio, los mexicanos consumen a diario 3 horas de contenido en plataformas de video por internet.

Para muchas empresas este crecimiento ha sido una gran oportunidad de negocio. No sólo hablamos de aquellas que se desenvuelven en el giro sino de aquellas que han encontrado la manera de ofrecer productos que permitan a las audiencias mejorar la experiencia de entretenimiento en casa. 

Tal es el caso de Misik, firma que desde su página web ofrece una serie de productos que permiten a los usuarios disfrutar de una mejor experiencia de entretenimiento en casa.

Aunque esto es una realidad que se mantendrá por varios años, lo cierto es que ahora las audiencias parecen estar en medio de una avalancha de opciones, en donde aunque están dispuestos a probar, la manera en la que lo hacen podría no ser un negocio necesariamente para firmas como Netflix, Disney Plus o Amazon Prime.

Un estudio reciente firmado por la empresa Magid encontró que los consumidores están dispuestos a pagar un promedio de 34 dólares al mes (677 pesos mexicanos) por servicios de streaming, en donde los usuarios están dispuestos a pagar en promedio por cuatro plataformas.

Aunque la suma no es menor y el interés por descubrir nuevos contenidos y servicios es evidente, lo cierto es que estas cifras no podrían ser suficientes para que el consumidor garantice conocer y acceder a todo el contenido que ahora parece hacerse cada vez más exclusivo.

De esta manera, los consumidores pueden estirar sus dólares invertidos en streaming de varias formas, como compartir contraseñas o “entrar y salir” de los servicios.

Magid descubrió que el 35 por ciento de los consumidores se suscribe a un servicio de transmisión durante seis meses o menos, y el 22 por ciento planea cancelar una vez que hayan terminado con el programa específico que se registraron para ver.

Sin duda, este puede ser un golpe especialmente duro para muchas de estas plataformas, con lo que el gran desafío sería convertirse en la plataforma “de cabecera” de las audiencias, aspecto que no será nada sencillo para ninguno de los competidores, cuando menos, en este momento.

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