Durante una temporada era bastante habitual, cada vez que se acudía a una conferencia en la que participasen altos directivos de telecomunicaciones, se acabase hablando del uso de redes y de cómo los gigantes de internet triunfaban gracias al servicio que ellos daban. Casi se podía dar por sentado que alguno de los directivos acabaría hablando de cómo Google – era el nombre más habitual – debería pagarles por usar sus redes para llegar a su consumidor final. La idea solía dar para unos cuantos titulares en los medios a posteriori, aunque no cuajó. Muy diferente ha sido la suerte que han tenido los medios de comunicación.

Los medios de comunicación, aunque casi se podría decir que han sido los grandes grupos que venían de los entornos digitales, llevan años presionando para que Google, Facebook y los demás gigantes de la red los compensen por cómo su trabajo se posiciona en sus servicios. En el equilibrio de internet, los medios digitales han producido contenidos. Mientras, las plataformas online han sido las que han funcionado como escaparate para esos contenidos. Los usuarios -y los propios medios – subían links y los demás usuarios los encontraban.

El equilibrio se rompió, sin embargo, cuando los medios empezaron a defender que en realidad esas plataformas vampirizaban su trabajo (y que se hayan reconocido por ley en Europa los llamados derechos vecinos les ha dado una base legal para asentar sus reclamaciones) y cuando las plataformas empezaron a acumular más y más importancia y más tiempo de uso.

Los internautas pasaban mucho más tiempo en ellas que en los medios y los medios se han vuelto mucho más dependientes del tráfico que estas plataformas generan. Al mismo tiempo, los gigantes de internet han visto como sus ingresos publicitarios crecían, mientras que los de los medios caían de forma abrupta.

La relación entre un punto y otro y el quién puede tener más o menos razón en todo este embrollo darían para una serie de reportajes paralelos. Lo que importa, al menos en esta historia concreta, es que los legisladores de varios países han empezado a prestar más atención a lo que dicen los medios y a sus reclamaciones. Google, Facebook y los gigantes de la red están en una situación complicada. Google y Facebook han empezado a abrir la billetera para intentar ir cubriendo posiciones.

La última – y larga – entrega de este caso ha estado en Australia, donde llevan desde principios de año en una lucha de poder entre el cuerpo legislativo y los gigantes de la red. El parlamento australiano trabaja en una ley que obligará a los gigantes de la red a pagar a los medios por publicar links a sus contenidos. Esto es, cada link que subes a tu perfil de Facebook, por ejemplo, tendrá que ser recompensado por Facebook al medio que toca. La idea es impactante y supondrá, para los gigantes online, un desembolso importante.

Por supuesto, estos gigantes están totalmente en contra de la medida. Google anunció que cerraría su buscador en Australia si entraba en vigor (fue lo que hizo con Google Noticias en España tras la aprobación del canon AEDE), aunque el gobierno australiano desdeñó sus amenazas y uno de sus políticos dijo que siempre podrían usar Bing (Microsoft, por cierto, apoya la medida).

Facebook bloqueó el poder compartir links a noticias en su red social en Australia, algo que se hizo mundialmente viral y que acabó metiendo a Facebook en una espiral de mala reputación. Su bloqueo impedía también compartir links a servicios y a información esencial (Facebook ya ha reconocido que se equivocó con eso, pero que tenía muy poco tiempo para maniobrar porque necesitaba actuar antes de que la ley se formalizase).

Una inversión milmillonaria de los gigantes

Todas estas cuestiones están abiertas y ni Facebook ni Google han logrado cerrar por completo los problemas. La cuestión australiana es espinosa y posiblemente un primer episodio de una avalancha de problemas para los próximos meses. Sea como sea, tanto Facebook como Google están intentando curarse en salud y eso supone invertir cantidades millonarias en contenidos y noticias.

No es una estrategia exactamente nueva: el pasado octubre Google ya planeaba invertir 1.000 millones de dólares en medios. Google pagará a los medios por incluirlos en un servicio de noticias (y por una especie de teaser sobre el cuerpo del contenido en su Google News Showcase).

El servicio arrancó en pruebas en Alemania y Brasil, con 200 medios afiliados. A principios de febrero, se supo que Google acababa de cerrar un acuerdo global con News Corp y que también pagará a ese gigante por licenciar sus contenidos.

Y ahora es Facebook la que está prometiendo dinero en cantidades milmillonarias a los medios. La red social ha anunciado que invertirá durante los próximos tres años al menos 1.000 millones de dólares en licencias, que se sumarán a los 600 que ya lleva pagados desde 2018 a ciertos medios para crear contenido para Facebook News. El formato de pagos que baraja Facebook es similar a lo que Google está haciendo con su Google News Showcase, como apuntan en The Wall Street Journal.

Las dos compañías destinarán, por tanto, miles de millones de dólares a sanear su relación con los medios y a calmar las aguas.

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